lunes, 22 de noviembre de 2010

El Compromiso


A mí me gusta el compromiso. He, quiero decir, claro. Si, sí el compromiso.

Porque el compromiso forma parte de la naturaleza del comportamiento humano.

Sin compromiso, no hay noticia.

Ahí está.

Es decir, bueno…

Digo que el compromiso es necesario.

Esencial, diría para definirlo con mayor precisión.

Esencial.

Sin compromiso no se avanza. Sin compromiso uno queda detenido.

Como congelado en el tiempo. A pesar de que la vida lo arrase, y se imponga por voluntad propia.

La pucha que es importante entonces el compromiso. Mirá vos uno preguntándose por su jerarquía, por su trascendencia y aparece de golpe sublime.

Imponiéndose majestuoso.

Y uno lo observa, aceptándolo. Sabiendo que es entonces majestuoso.

Majestuoso.

Si, sí. Así parece. Así se presenta.

Para que negarse ante la evidencia.

Uno se preguntaba si era importante y de golpe frente a sus ojos se queda como un niño que observa, esa sutil relevancia que lo vuelve majestuoso.

Entonces, se dice, se pregunta, piensa.

- A mayor compromiso, menor libertad. Aparece la vocesita.

Pide tiempo.

Otro minuto más.

Pero siempre el compromiso lo observa, está ahí, mirando fijo, como quien hizo la pregunta que tiene que hacer.

Y espera la respuesta.
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