miércoles, 26 de enero de 2011

Desahogo


Algún día voy a hacer un desahogo.

Sí, ya sé que lo estoy anunciando. Que digo que lo escribiré todo. Que los abrumaré de palabras.

Y muchas cosas más que refieren a entintar las hojas en blanco. Con la intención de dejar hasta la última palabra.

Para marcharme luego a cualquier lugar.

Pero observo la situación y en verdad veo que me engaño. Me autoengaño para ser más preciso. Para utilizar las palabras apropiadas que describen con mayor exactitud el propósito.

Porque sigo escribiendo corto, breve, conciso.

Como si fueran respiraciones escasas. Que no terminan por dar la bocanada final.

Tal vez de eso se trata. De respirar hondo y soltar.

Respirar hondo.

Soltar.

Sin dejarme tentar por el final que cierra la fiesta. Que nos dice que es hora de ir a la cama. Que hay que dormir. Soñar con los angelitos.

Otra respiración.

Otra suelta de aire.

Así vamos, buscando profundidad para decirlo todo antes de llegar al final.

Porque hay mucho que decir, mucho también que escuchar.

El silencio está lleno de palabras. Las palabras repletas de silencios.

Otra respiración más.

Porque debo entregarlo todo. Liberarme.

Vamos Juan.

Una más…
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2 comentarios:

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