lunes, 14 de febrero de 2011

La Pared


Es posible que la escritura a veces diga.

Quedate ahí. No más.

Por qué ahí. Por qué ahí no más.

Yo quiero avanzar. Decir algo nuevo, jugar a elucidar…

- Ahí.

No sé por qué pero puede ser que la escritura pida que uno se detenga. Que no avance ni un poquito más. Que se quede ahí, en lo dicho.

Dando una vuelta. Dos vueltas.

Una vuelta más.

Quietito.

Sin avanzar hacia un nuevo renglón. Un nuevo párrafo que permita advertir el carácter novedoso de lo no dicho.

Entonces uno se inquieta como un niño en penitencia. Que no lo dejan salir de la pieza.

Se aburre dando vueltas en la cama.

Prendiendo y apagando el televisor.

Y mira la pared, sin que pase nunca nada.
.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Podés dejar tu comentario como usuario de Blogger, con tu nombre o en forma anónima. Seleccioná abajo.