sábado, 17 de septiembre de 2011

La Libertad


Cierta lógica se ha apoderado de mí. O yo me he apoderado de ella.

Es extraño detenerme en esta esquina para observarla. Lo he hecho alguna vez, pero no con recurrencia.

Hoy me detengo y veo.

Con el fin de contemplarla. Para entender sus mecanismos, sus lógicas. Su forma de obrar.

Silenciosa y decidida.

Después de todo estoy maniatado por ella. Y si quiero liberarme necesito conocerle su juego.

De tan atrapado que estoy, casi que me siento cómodo. Que no me quiero soltar.

A mí nunca me gustaron las despedidas.

Está bien así. Pienso.

Es una incomodidad cómoda. No se ve tan mal.

Además, por si fuera poco. Debiera reconocerlo.

Claro.

Me acompañó un buen tiempo. Me acompaña para ser más exacto.

Pero no estoy aquí para justificarla. Por el contrario debería alzar los ojos. Mirarla. Delimitarle su accionar.

Exigirle explicaciones. Impedirle algunos propósitos. Supervisar sus facultades.

Eso estaría bien. Sería una práctica disciplinaria.  Para empezar a ordenar las cosas como son. A dejar claro quién manda.

Así que saco pecho y tomo aire.

Pero sólo voy a observarla, con el propósito de ver cómo funciona.

Es un avance, sin dudas.

Mañana tal vez resuelva que todo está bien.

O decida por fin escaparme.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Podés dejar tu comentario como usuario de Blogger, con tu nombre o en forma anónima. Seleccioná abajo.