miércoles, 19 de octubre de 2016

Distinguir


Uno de los principales errores que comete nuestra sociedad es que no distingue. Es lo mismo una cosa que otra. O bien caen todos en la misma bolsa.

De esa manera se cometen importantes injusticias. Pagan justos por pecadores. O trabajadores por vagos.

Como en la docencia.

Sin dudas es una vergüenza que tanta gente incompetente, mediocre e irresponsable ejerza la docencia. Es algo inaceptable ahora y siempre.

Como es inaceptable que tantos chantas se lo pasen de licencia cobrando igualmente el salario y no yendo a trabajar.

¿Hasta cuándo se van a permitir estas situaciones inadmisibles?

El otro día estaba en una charla y una mujer indignada se paró e interrumpió para decir que sus nietos no aprendían nada. Que era increíble que no les den deberes, que no hagan nada.

Es una breve anécdota de miles de situaciones seguramente similares. Donde abuelos o padres sufren la irresponsabilidad de quienes están a cargo de las aulas.

Si queremos cambiar, sin dudas hay que llamar las cosas por su nombre y tomar decisiones evidentes. Propias del sentido común.

Como remplazar los docentes chantas por esos maestros responsables, idóneos y comprometidos, que muchos de nosotros tuvimos la suerte de conocer.

Que recordamos con el mayor de los afectos.

Si se mira para el otro lado, si no se llaman las cosas por su nombre, si se quiere quedar bien con Dios y con el diablo, si no se toman las decisiones evidentes que hay que tomar, los chicos van a seguir siendo estafados.

Les van a seguir robando su tiempo. Y al mismo tiempo su futuro.

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